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En los I Premios de Arquitectura y Urbanismo que se entregaron recientemente en Ciudad Real. Es obra de Miguel Díaz, Ana Hernández y Pablo Junquera (mdm09 arquitectura)
El ‘Edificio de Usos Múltiples’ en Bargas (Toledo), obra de Miguel Díaz, Ana Hernández y Pablo Junquera (mdm09 arquitectura) fue distinguido en los I Premios de Arquitectura y Urbanismo del COACM, celebrados recientemente en Ciudad Real en el apartado de ‘Obra Nueva de Otros Usos’. «La recuperación regional de los premios de arquitectura era necesaria para poner en valor el trabajo de nuestra profesión y hacérselo llegar a la sociedad. A imagen y semejanza de lo que se hace ya en otras regiones, debemos dar a conocer la buena arquitectura que se hace en Castilla-La Mancha», opina Miguel Díaz.
En el Edificio de Usos Múltiples de Bargas, y en una parcela difícil, sus tres arquitectos han logrado una magnífica integración del proyecto en el espacio público circundante, que es precisamente lo que más valoró el jurado. Así, el Edificio es un punto de encuentro, de reunión, un catalizador espacial de las actividades sociales y culturales del municipio. Su volumetría se fragmenta, haciendo arquitectura del vacío, de manera que la construcción genera calle y un acceso a modo de plaza.
Con este proyecto, el Ayuntamiento de Bargas buscaba dotar al municipio de un lugar capaz de albergar diferentes usos de tipo cultural, con espacios adecuados a las funciones y necesidades actuales de la localidad, en un entorno de gran interacción. «La inspiración nos llegó, precisamente, de la complejidad del solar, pensando cómo resolver este edificio e insertarlo en la plaza. Por eso, el proyecto introduce el espacio público dentro del edificio», explica Díaz.
El color es el resultado de una relectura de la cerámica de las construcciones del lugar, mientras que el volumen busca la transparencia y el cruce de miradas entre el exterior y el interior, invitando a acercarse. De esta manera, las fachadas se convierten en grandes entradas de luz, huecos que miran a puntos clave, haciendo partícipe al edificio de lo que sucede a su alrededor. La celosía aporta plasticidad y textura a una fachada lisa. Cambia el cromatismo y tamiza el sol más directo, actuando como elemento que diluye en algunos casos el interior en el exterior. «En nuestra búsqueda de la mayor eficiencia energética posible, optamos por fachada ventilada. En cuanto a los materiales y el color, tuvimos en cuenta que Bargas se caracteriza por su arquitectura tradicional, en la que destaca la cerámica, y los tonos ocres y rojos de las fachadas. Nuestra propuesta fue la de construir un edificio contemporáneo, pero integrado en el entorno, con un panel de color rojo y presencia institucional, pero que no sobresale del resto de las construcciones», sigue el arquitecto.
El edificio cuenta con un patio interior que, al estar comunicado con la cubierta de la planta baja, actúa como pulmón del conjunto. Asimismo, aumenta la sensación de transparencia y dota de gran luminosidad al hall de entrada y a las aulas, confiriendo a algunas de ellas de un carácter más íntimo al no vincularse a la calle. Este patio interior está orientado además hacia el campo de fútbol municipal, de manera que el proyecto resuelve magníficamente el acceso a la instalación que era, hasta ahora, «complejo», califica el arquitecto.
A partir de la implantación del edificio y su relación con el entorno, se distribuyen los espacios interiores en planta baja, primera y segunda desde el punto de vista de la versatilidad, de modo que sean susceptibles de acoger diferentes actividades.
A la espera ahora de su equipación interior, que el Ayuntamiento de Bargas lleva a cabo en la actualidad, el ‘Edificio de Usos Múltiples’ será inaugurado en diciembre, algo que los arquitectos esperan ya con impaciencia, porque «el éxito de un edificio público, lo acaba certificando, fundamentalmente, el uso que de él terminan haciendo los ciudadanos», termina Díaz.
Fuente Comunicae