Emoticonos, así pueden acceder los menores a contenido pornográfico en YouTube

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Se trata de una búsqueda que puede evitar los controles parentales y no se ve en el historial, ya que solo aparecen emoticonos y muchas familias pueden pensar que no hay nada malo. Según el último informe de Qustodio, YouTube es la plataforma de steaming favorita de los jóvenes españoles, donde pasan una media de 44 min/día

No es un secreto que internet es una ventana abierta a un mundo de posibilidades, tan solo con un clic. Se ha convertido en el principal lugar de consulta de información, trabajo o entretenimiento. Para los jóvenes, este acceso a información sin límite también trae consigo riesgos. Hace un tiempo atrás, ya se alertó de los peligros de YouTube azul y YouTube naranja donde se usaban etiquetas de vídeos de TikTok dirigiéndose a menores, para acceder a dos webs pornográficas cuyo logo coincide con estos dos colores.

Aunque cada vez más páginas trabajan para dificultar el acceso de menores a contenido censurable, lanzando por ejemplo plataformas como YouTube Kids, los jóvenes se encuentran con maneras de sortear estas medidas, incluso sin quererlo. Ahora con tan solo dos emoticonos, como un beso o un corazón, pueden encontrarse con contenido explícito en YouTube. Un riesgo preocupante, ya que, según el informe ‘Nacer en la era digital: La generación de la IA’ de Qustodio, plataforma líder en seguridad online y bienestar digital para familias, YouTube es la plataforma de steaming favorita de los menores españoles, donde pasan una media de 44 min/día.

La buena noticia para los padres es que el acceso a este contenido en YouTube Kids, no funciona y sigue siendo adecuado. La parte negativa es que se trata de una búsqueda que puede sortear los controles parentales y no se ve en el historial, ya que solo aparecen emoticonos y muchos padres pueden pensar que no hay nada malo. Y es que, de acuerdo con el informe ‘(Des)Información sexual: pornografía y adolescencia’, elaborado por Save the Children, casi siete de cada 10 adolescentes consumen pornografía, a la que acceden por primera vez a los 12 años. A día de hoy se trata de un tema que preocupa a muchos progenitores y que ya se empieza notar incluso en los colegios.

¿Cómo pueden las familias hacer frente a estos peligros?
Encontrarse este tipo de contenidos acaba teniendo un impacto en cómo los jóvenes conciben la sexualidad. El fácil acceso a estas plataformas y el sorteo de controles parentales permite a los menores estar más expuestos a este tipo de contenidos. Atendiendo a estas preocupaciones, los expertos de Qustodio dan tres consejos para prevenir estos riesgos:

Hablar de manera abierta y clara sobre el tema: este riesgo presenta una oportunidad para los padres a la hora de conversar con sus hijos de un tema tan delicado. Hacerlo de manera cercana y adecuada para su edad les ayudará a entender los riesgos que tiene este tipo de prácticas en su desarrollo y maduración a largo plazo.
Mostrar un uso positivo de la tecnología: conocer cómo utilizan los menores las pantallas también permite a las familias preparar a sus hijos enseñándoles un uso de la tecnología sano y moderado. La contribución de los padres en este aspecto puede ser muy necesaria a la hora de cómo evolucione la educación digital de sus hijos.
Explicarles los efectos de la pornografía: la exposición temprana a la pornografía puede afectar en el desarrollo emocional, psicológico y social de los niños y niñas, generando una distorsión de la percepción de la sexualidad, confusión e incomodidad, e incluso problemas de imagen y autoestima. Es por ello importante que entiendan perfectamente los riesgos a los que se exponen.

Emily Lawrenson, Communications Manager de Qustodio, explica que «los padres y madres deben conocer el entorno digital y fomentar el uso responsable con sus hijos sin olvidar nunca el acompañamiento inicial, la comunicación abierta y el apoyo en herramientas que permitan crear rutinas digitales equilibradas». E incide en que «limitarles el uso de la tecnología puede ser un tema de conflicto entre las familias. Los jóvenes de ahora son nativos digitales. Se pueden encontrar con este contenido de forma accidental, no saber cómo reaccionar ante ello y que tenga un impacto en su conducta, por lo que, aquí es cuando el diálogo con nuestros hijos se vuelve algo fundamental».

Fuente Comunicae

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