Rentokil Initial – Hormigas y termitas aladas: cómo identificarlas y prevenirlas

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Conocer la forma de actuar y las características físicas de hormigas y termitas aladas puede ser vital para prevenir una posible plaga

Durante la primavera las termitas aladas salen de sus nidos para reproducirse, por lo que la observación se vuelve clave para evitar confundirlas con las hormigas.

Rentokil Initial recomienda la práctica de medidas de prevención y la aplicación de tratamientos profesionales para acabar por completo con las hormigas y termitas aladas.

La cultura popular ha creado una imagen en la que hormigas y termitas pueden llegar a ser inofensivas, una percepción que se encuentra lejos de la realidad. Algunas especies de hormigas, como las rojas, pueden picar, y otras, como las carpinteras, actuar de un modo similar al de las devastadoras termitas. Estas últimas son uno de los insectos más demoledores para la madera y la celulosa y cada año, más de 4.000 hogares y edificios son atacados por este tipo de insectos. En Tenerife, las termitas son la mayor plaga que les acecha y se han establecido casi 18.000 puntos de control para cercarla.

Esta plaga es especialmente demoledora en primavera, ya que las termitas aladas salen de sus nidos para realizar su reproducción. Y es precisamente aquí cuando en numerosas ocasiones las termitas aladas son confundidas con las hormigas voladoras.

Hormigas voladoras y termitas aladas. Cómo diferenciarlas

Las termitas se diferencian de las hormigas tanto en su modo de actuar, como en las características físicas.

Respecto a su modo de actuar, las termitas se alimentan principalmente de celulosa. Se trata de un compuesto orgánico que se puede encontrar en madera, plantas y papel. Las hormigas en cambio tienen una dieta mucho más variada.

En cuanto al aspecto físico, las hormigas suelen tener un color oscuro, antenas dobladas, un ojo a cada lado de la cabeza y el cuerpo dividido entre cabeza, tórax y abdomen. Además, estas suelen tener una cintura fina y un tórax unido al abdomen. Sin embargo, las termitas son de un color claro, pudiendo ser blanco o crema, y tienen las antenas rectas y una cintura gruesa que no se diferencia en dos partes, como sucede con las hormigas.

Ante la posible aparición de termitas aladas durante la primavera, una buena observación de los insectos resulta elemental para que el desconcierto no lleve a confundir termitas con hormigas. Para poder diferenciarlas con precisión, se deberá prestar atención tanto al cuerpo como a las antenas y, además, conocer el tipo de alas que poseen: las hormigas voladoras tienen dos pares de alas de tamaño distinto, las termitas, todas iguales.

¿Qué tipo de hormigas y termitas hay?
En nuestro país, las especies más comunes de termitas son la subterránea, la termita de la madera húmeda y la termita de la madera seca.

De la misma forma que las hormigas, aunque con alguna diferencia entre ellas, las termitas se dividen según el trabajo desempeñado por cada ejemplar. De esta forma, será posible encontrarse ante los siguientes tipos de termitas: termitas soldado, obreras y aladas.

Las hormigas también se dividen el trabajo según la clase a la que pertenecen. Se diferencian así entre obreras, soldados, hormigas macho (zánganos) y voladoras.

Las hormigas carpinteras, otro de los motivos de la confusión
Dejando a un lado la apariencia física, la hormiga carpintera es una de las especies de hormigas que han contribuido a dificultar una correcta diferenciación entre hormigas y termitas.

Si hay una diferencia entre ambas es que las hormigas carpinteras se alimentan de los hongos asociados a la madera que se encuentra en estado de descomposición. Además, se puede encontrar virutas de madera a su paso, ya que se deshacen de los restos de madera por la entrada de sus nidos.

¿Cómo saber si se tiene hormigas o termitas?
Además, entre las señales que pueden alertar de la presencia de termitas se pueden destacar: marcos, puertas o vigas que suenan a hueco, puertas o ventanas que no cierran correctamente, o si los rodapiés se rompen fácilmente.

A ello se puede sumar otro signo más evidente: la enjambrazón. Se trata del nombre que recibe la salida masiva de los nidos de termitas aladas, que suele producirse entre abril y mayo y que suele inducir a error creyendo que, en realidad, se trata de hormigas voladoras en lugar de termitas aladas.

Fuente Comunicae

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