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Existe una brecha de género que hace que las mujeres tarden más en ser diagnosticadas, según una revisión de estudios de Clínica Palacios. La silla electromagnética para el suelo pélvico permite tratar la incontinencia urinaria en ocho sesiones: solo una equivale a 1.000 ejercicios de Kegel
Profesionales sanitarios, divulgadores de salud e influencers coinciden en reclamar mayor visibilidad de la salud de la mujer para romper la brecha de género en el diagnóstico y mejorar su calidad de vida. Así, se desprende de las conclusiones de la jornada #DeGeneraciónEnGeneración, organizada por la Clínica Palacios y la Fundación Española Mujer y Salud, como homenaje al doctor Santiago Palacios por sus 30 años como referente en la ginecología española, en la que han participado destacados divulgadores sanitarios en redes sociales.
Las mujeres españolas tienen una esperanza de vida al nacer de 86,2 años frente a los 80,3 de los varones, según datos Eurostat. “Aunque la esperanza de vida de la mujer es superior a la del hombre, la calidad es inferior para las féminas que acuden menos a la medicina preventiva y acusan el peso que supone para ellas encargarse en gran medida de los cuidados en exclusiva”, indica el doctor Palacios, director de la Clínica Palacios.
Una de las conclusiones del encuentro es que la brecha de género es patente en el retraso en el diagnóstico en patologías cardiovasculares, que se consideraban más comunes entre los hombres, pero que son la principal causa de fallecimiento en mujeres tras la menopausia. También en algunos tipos de cáncer vinculados a hábitos nocivos, como el tabaquismo, a pesar de que la proporción de mujeres fumadoras se acerca a la de hombres en algunos tramos de edad. Una investigación publicada en European Heart Journal revela que las mujeres están más infradiagnosticadas, tienen un retraso en el diagnóstico y/o reciben un tratamiento subóptimo en relación a la cardiopatía isquémica (CI). Se debe, indican los autores, a un prejuicio implícito de género con respecto a la falta de reconocimiento de las diferencias relacionadas con el sexo en la presentación de la CI puede, en parte, explicar estas diferencias en las mujeres en comparación con los hombres. “Un diagnóstico tardío implicar peor pronóstico y un menor margen de maniobra a la hora de actuar”, indica el doctor Palacios.
Incontinencia
Una de las patologías que más afecta a la calidad de vida de la mujer es la incontinencia urinaria. Es un síntoma común que aparece en muchas enfermedades, afectando a todos los grupos de edad y a ambos sexos. En España se estima una prevalencia global de 24% en la mujer y 7% en el hombre, aumentando con la edad hasta el 50% y 29% respectivamente, según un artículo publicado en Enfermería Global. Para reforzar el suelo pélvico existen nuevos tratamientos como la silla electromagnética (Emsella), que restaura el control neuromuscular. Mejora el control y la capacidad de contracción de los músculos pélvicos por lo que puede ser muy útil frente a la pérdida de tonificación típica de la menopausia o el postparto.
“La rehabilitación muscular del suelo pélvico reduce los episodios de incontinencia urinaria entre un 54-72%. En una sola sesión, en la que la persona permanece sentada, induce, de manera indolora y no invasiva, miles de contracciones musculares supramaximales del suelo pélvico equivalentes a 1.000 ejercicios de Kegel. De esta manera, se puede observar una mejoría desde la primera sesión”, indica la doctora Marieta Ramírez, directora del departamento de investigación clínica y responsable de la unidad de láser de la Clínica Palacios. Lo habitual es realizar entre seis y ocho sesiones de 28 minutos cada una; el tratamiento es eficaz unos 10 meses. Está contraindicada si la paciente tiene implantes metálicos desde el cuello hasta las rodillas, por ejemplo, marcapasos, bomba de medicamentos, DIU metálicos, prótesis de cadera, tampoco lo podrá realizar paciente que haya padecido cáncer y no esté dada de alta, así como durante la menstruación.
1 de cada 4 mujeres en la postmenopausia sufre osteoporosis
También se ha abordado la prevención de la osteoporosis, una patología más frecuente en mujeres, que afecta a dos millones de españolas. Según la Sociedad Española de Reumatología, la prevalencia de esta enfermedad en la población posmenopáusica es del 25%, es decir, una de cada cuatro mujeres padece esta enfermedad, que ocasiona unas 25.000 fracturas al año. “La prevalencia de osteoporosis aumenta con el envejecimiento. La menopausia es uno de los factores que más influye en su desarrollo en las mujeres, ya que la desaparición de la función ovárica provoca un aumento de la resorción ósea”, comenta el farmacéutico Álvaro Fernández, conocido en redes sociales como @farmaceuticoFernández.
Además, se abordó la hormonofobia que rodea al tratamiento para la menopausia. Según datos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el 80% de las mujeres presentan sofocos, insomnio, alteración de la vida sexual y otros síntomas que alteran su calidad de vida en la perimenopausia y durante la post-menopausia. “La terapia hormonal ha demostrado su eficacia en el alivio de dichos síntomas. Por ejemplo, reduce la frecuencia (hasta un 75%) e intensidad (hasta en un 87%) de los sofocos, resultados que no han alcanzado otras alternativas farmacológicas o no farmacológicas en el tratamiento de estas molestias”, explica la doctora Silvia P. González.
Por otra parte, la doctora Alexandra Izquierdo, directora médico de Clínica Eugin, habló sobre Mujer y fertilidad; la doctora Mercedes Herrero reivindicó la importancia de saber más sobre el Virus del Papiloma Humano; y la doctora Ana Rosa Jurado departió sobre el uso de probióticos para la sexualidad femenina.
Fuente Comunicae