/COMUNICAE/
El buen tiempo y la apertura de las piscinas municipales marcan el arranque de la temporada de baño. Y Abrisud, la empresa líder en cubiertas de piscina ofrece una guía práctica para llevar a cabo una puesta a punto eficiente, tanto en piscinas residenciales como profesionales
Vaciado
Si se ha llevado a cabo un buen mantenimiento el agua del vaso puede mantenerse de 4 a 6 temporadas reduciendo de esta forma el consumo de agua. Esto depende también de la procedencia del agua: durará menos si procede de un pozo y más si se trata de agua de la sierra o previamente tratada.
Si se dispone de una cubierta el mantenimiento del vaso resultará más sencillo. Es importante realizar, también, tareas periódicas de mantenimiento en la cubierta para preservar la calidad del agua y de la instalación, conservar en mejor estado la estructura, y alargar la vida útil de ésta.
En cualquier caso lo importante es medir la saturación del ácido isocianúrico (se va acumulando a lo largo de los años debido al tratamiento con cloro no líquido). Si el nivel está por encima de los 75 ppm habrá que renovarla, para cumplir la normativa vigente.
Aunque el agua no alcance aún los 75 ppm también es posible realizar un vaciado parcial del 30% o el 50% para mejorar su concentración y apostar así por un consumo más eficiente. Otro de los motivos que puede hacer necesario su cambio es que se haya detectado una grieta o gresite suelto que haga falta reparar. Si es el caso, es recomendable aprovechar este momento para realizar una limpieza a fondo del vaso.
En el caso de que haya que hacer un vaciado completo del vaso, se puede reutilizar el agua para regar las plantas. Eso sí, hay que tener en cuenta que el agua debe estar libre, no solo de cloro, sino de otros restos de productos químicos. Normalmente, con el reposo del agua durante un mes y gracias a la evaporación y el sol, todos los productos químicos se diluyen.
No obstante, es conveniente analizar esta agua para comprobar que su nivel de desinfectantes es mínimo. Debe tener un valor inferior a 0,3 mg de cloro por litro de agua y en el caso del oxígeno activo simplemente hay que esperar a que desaparezca la sustancia activa.
Nivel del agua
Si se ha realizado un invernaje para zonas frías, con el agua por debajo de los skimmers, es el momento de rellenar la piscina hasta cubrirlos por encima tres cuartas partes.
Una vez alcanzado el nivel adecuado y, en función del tipo de vaso, hay que realizar un lavado de arenas en el filtro y en los circuitos de aspiración y un posterior enjuague, a circuito cerrado. Es importante recordar que la maneta de la válvula selectora sólo es accionable a motor parado. Realizar un correcto mantenimiento de la instalación es una de las maneras más eficaces de realizar un consumo eficiente de la piscina.
Control del pH
Una vez esté la piscina llena es necesario volver a revisar el pH, antes de proceder al tratamiento de choque. Este paso es importante para que la efectividad del tratamiento sea óptima. En caso necesario, se usará producto regulador de la acidez.
Para eliminar todos los gérmenes y tener la piscina lista para el primer baño es recomendable realizar un tratamiento de choque con tabletas de cloro rápido que eliminarán todos los gérmenes y contaminantes del agua. Se puede, además, completar este tratamiento preventivo con alguicida, en caso que se considere necesario.
En aquellos casos que el agua esté turbia conviene aportar, también, producto floculante que elimine los residuos y mejore el trabajo de filtrado. Existen productos de acción combinada para realizar este tratamiento de modo integral.
Antes de finalizar esta fase deberá realizarse un nuevo control del pH. Tras 24 horas de realizar la primera cloración de choque, con el filtrado en funcionamiento, hay que volver a controlar el pH, para verificar que se encuentra en el rango óptimo. De no ser así, se tendrá que usar un producto regulador de la acidez y, una vez alcanzados dichos niveles, la piscina se encontrará lista para su uso.
Control periódico
Una vez comenzada la época de baño tan sólo habrá que realizar comprobaciones periódicas para confirmar que el agua mantiene una calidad óptima. Con esta tabla se podrá conocer los niveles óptimos de pH, temperatura, desinfectante, alcalinidad, etc. En caso de que el agua de la piscina no se encuentre entre estos baremos, habrá que aplicar las medidas correctoras pertinentes para cada parámetro.
Además, utilizando fuentes de energía fotovoltaicas, controlando la iluminación del recinto, adecuando el funcionamiento de las instalaciones al número de usuarios y las condiciones ambientales y vigilando el consumo de energía de las instalaciones auxiliares: vestuarios, salas de control, etc. permite realizar un uso eficiente de las piscinas. “El uso de una cubierta de piscina es el sistema más eficiente para reducir la huella de carbono, no en vano reduce hasta un 80% la evaporación del agua, permitiendo un ahorro energético de entre el 50% y el 70%” detalla Fabrice Villa, director ejecutivo de Abrisud Ibérica.
En el caso de las piscinas de grandes dimensiones de hoteles o campings, la empresa recomienda, además, realizar un control adecuado del consumo del agua; mantener el nivel de agua adecuado para que el sistema de recirculación funcione correctamente y revisar posibles problemas de estanqueidad y de fugas tanto en la infraestructura de la piscina como en las uniones y conducciones de agua.
La instalación de una cubierta de piscina en un hotel o camping supone un aumento de la rentabilidad de entre un 20% y 30%, tanto por el incremento de usuarios, como por un uso más eficiente de la instalación.
Siguiendo estos tips de Abrisud, la piscina estará a punto para poder disfrutarla de una manera eficiente y respetando el medio ambiente.
Fuente Comunicae